¿Publicar, y en español o portugués?
Un soneto me manda hacer Violante,
que en mi vida me he visto en tal aprieto;
catorce versos dicen que es soneto:
burla burlando van los tres delante.
Lope de Vega
Dr. Carlos Carriquiry
Anterior Profesor Titular de Cirugía Plástica y Profesor Adjunto de Anatomía en la Facultad de Medicina de Montevideo, Uruguay
International Guest Scholar del American College of Surgeons
Fellow y Profesor Visitante en las Divisiones de Cirugía Plástica de la Universidad de California, San Francisco y de la Universidad de Alabama, Birmingham (EE.UU.)
Cirujano plástico del Seguro Americano, Montevideo, Uruguay
Práctica privada en Cirugía Reparadora, de la Mano y Estética, Montevideo, Uruguay
Este escrito no es un artículo científico, por cierto. Es más bien un conjunto de apuntes sobre ideas, experiencias y opiniones personales a propósito de los artículos científicos y en particular los de cirugía plástica. Ya sea como lector, ya como autor. Estas líneas tienen un cierto tono personal, repito. Aún así, espero que este carácter no les quite interés. Es claro que tampoco pretenden agotar los ítems que incluye, enunciados y elaborados someramente, abiertos a profundización y a una construcción más rigurosa. No hay pues una lista formal de referencias, sólo notas al pie o alusiones intercaladas para quien desee ampliar la lectura de algunas fuentes. Cuando ha sido necesaria una traducción desde el inglés, he tomado para mí la tarea en aras de ser expeditivo; creo que sin sacrificar su calidad en lo esencial. En todo caso, los lectores están advertidos y me atrevo a contar con la tolerancia de su mayoría. También, con la de la Dra. Vaquero, quien, a diferencia de Violante, no me ha mandado hacer un soneto sino sugerido poner estos esbozos en negro sobre blanco.
La publicación de un artículo en una revista científica nunca me ha resultado una tarea menor ni banal. Por el contrario, siempre me ha requerido mucho tiempo y mucho esfuerzo intelectual. Desde la selección del tema central hasta los infinitos detalles de la bibliografía, elección y leyenda de imágenes y tantas otras exigencias formales, de concepto y de método, más las posibles correcciones que pueden y suelen pedir los revisores, la inversión personal en cada artículo me ha resultado gravosa. Tomando prestado un concepto de la economía y las finanzas, me han significado un importante costo de oportunidad . Sin pretender ponerme ni poner a los colegas a la altura de los grandes escritores, no es raro encontrar en sus biografías el enorme esfuerzo emocional, hasta físico, que el completar una obra literaria, crítica o filosófica les ha impuesto. Sin embargo, completado el trabajo y si finalmente es aceptado, su publicación trae satisfacciones en muchos órdenes. No he olvidado la alegría con que recibí la noticia de la aceptación de algunos de mis primeros trabajos, algunos por revistas de mucha difusión, otros en publicaciones de escasa tirada.
Lo que me lleva a reflexionar más sobre por qué, para qué, emprender semejante esfuerzo. Sin duda hay con frecuencia razones de interés o ganancia personal (casi nunca una remuneración en dinero): prestigio profesional, promoción académica, en algunos medios y países obtención de fondos para nuevas investigaciones, establecer presencia internacional...Todas ellas en principio muy legítimas y probablemente un buen fundamento para el desarrollo académico y profesional. Pero también se siente el gusto gratuito, no condicionado a ventajas concretas, por dar a conocer y compartir un método diagnóstico, una técnica, la verificación de la utilidad de determinada medicación o dispositivo, o bien de su falta de efectividad contra lo que se esperaba inicialmente; en fin, conocimientos y prácticas que de algún modo nos importan, en que algo nos va. Son muchos y en crecimiento; la lista de temas e hipótesis a considerar sería amplísima y tediosa. Es curioso cuán satisfactorio y estimulante puede ser recibir comentarios de colegas a veces desconocidos y establecer comunicación con ellos, que aportan su propia experiencia o punto de vista sobre el objeto de la publicación, aún en la discrepancia. Otras veces, la simple publicación es en sí gratificante . El compartir ideas, resultados e investigaciones sobre la práctica profesional y científica, ya sea en un curso, un congreso, o foro de discusión, o un artículo tienen probablemente mucha más importancia emocional, profesional y científica de la que somos conscientes.
Ahora bien, si hemos decidido ponernos a la tarea de producir un artículo para posible publicación, habremos de elegir a qué revista impresa o digital en línea habremos de remitirla. La decisión puede llevar a considerar varios factores, en cierto modo interdependientes o parcialmente superpuestos:
1) A qué calidad de lectores queremos llegar: pueden ser sólo cirujanos plásticos en general o más bien sub (o súper) especializados, cirujanos de otras especialidades, médicos en el nivel de atención primaria o familiar, o también enfermeros y otros colaboradores del médico.
2) Si aspiramos a una difusión nacional, internacional regional (en el sentido de grupo de naciones con alguna afiliación común), o internacional amplia. 3) El prestigio estimado o valor de la revista donde deseamos publicar.
3) Cuán accesible es la revista, sea por su costo (libre acceso en el extremo ideal), sea por su visibilidad en buscadores y bases de datos referentes al tema o por su presencia en las bibliotecas.
4) Si deseamos una revisión expeditiva, o al menos no muy demorada, y ecuánime.
5) Hasta dónde llega el costo de oportunidad que estamos dispuestos a pagar. Puede haber otros puntos a considerar; no pretendo agotarlos.
Considerando todos estos ítems, preguntarnos sobre la validez de publicar en español o en portugués adquiere sentido de varios modos. Propongo a continuación breves reflexiones y respuestas, reiterando que son esbozos que seguramente admiten y precisan una mayor elaboración, más allá del carácter de este texto.
Ambos idiomas son la lengua materna de centenares de millones de personas en el mundo, concentrados en Europa y las Américas, más algunos países africanos donde sigue vigente el portugués. El español es el idioma oficial de veintiún países, y el que más personas hablan en el mundo después del inglés y el mandarín. En todo el mundo hay más de 450 millones que lo tienen por lengua nativa y otros 40 a 60 millones que lo manejan como lengua segunda o auxiliar. Todo esto con un crecimiento sostenido: se prevé que para el año 2030 habrá unos 530 millones de hispanohablantes (cifras variables en pocos puntos porcentuales según las fuentes), de los cuales 100 millones estarán viviendo en los Estados Unidos.
La enorme difusión geográfica del español y otros factores han generado diferencias en el léxico y pronunciación según los países y sus regiones. Sin embargo, se trata de matices que no entorpecen una fluida comprensión entre todos los hispanohablantes, mucho menos en el lenguaje escrito y científico. Personalmente siempre he encontrado interesantes, cuando no simpáticas y enriquecedoras, las diferencias de acento y vocabulario coloquial en el vasto universo de la lengua española. Recuerdo la sorpresa mezclada con simpatía con que oí cómo un guía extremeño, al referirse a su ciudad de Trujillo, empleaba un yeísmo muy definido e "impecable", igual que el rioplatense, mientras nos informaba con versación disfrutable sobre la historia de la notable arquitectura que allí ha perdurado . Con la misma simpatía he escuchado y tratado de distinguir las diferencias entre los muchos acentos americanos y peninsulares. Incluidos los que existen hasta en un muy pequeño país como el mío, con una población relativamente homogénea. En este sentido, aún cuando un acento o vocabulario regional determinado no resulte simpático, esto mismo está mostrando la importancia emocional que conlleva el idioma . Hasta donde puedo estimarlo, la diversidad se da igualmente en el portugués y tampoco lo ha fragmentado en dialectos de comprensión mutua dificultosa. Sin duda, lo mismo vale para el inglés.
El portugués es hablado por cerca de 200 millones de personas en América del Sur, más de 25 millones de africanos, 15 millones de europeos, 4,5 millones de personas en América del Norte y cerca de 500.000 en Asia. Es la sexta lengua materna más hablada y la tercera lengua que usa el alfabeto latino más hablada en el mundo, después del español y el inglés. En América del Sur, la importancia de Brasil y sus crecientes relaciones comerciales, políticas y culturales con sus vecinos hispanohablantes han incrementado la cantidad de estudiantes de portugués como segunda lengua. La intensa y prolongada relación que se da en las regiones fronterizas con Brasil de Argentina, Paraguay y Uruguay hacen fácilmente comprensible el portugués, en sus matices brasileños sureños, a los habitantes de estas zonas y en cierta medida al resto de la población en general de estos países, aún a falta de estudios formales. Estos están en crecimiento progresivo por otra parte, así como en Brasil ocurre con el español.
El desarrollo de la cirugía plástica en Brasil, el país con mayor población de Iberoamérica y con un importante crecimiento económico, industrial y tecnológico, data de muchas décadas. A lo largo de éstas han sido muchas las innovaciones generadas por cirujanos plásticos brasileños, no pocas con aceptación mundial. Según se lee en la lista publicada en internet, esta sociedad profesional cuenta con más de 5.000 miembros acreditados. Su cantidad no ha ido en desmedro de la calidad, y las publicaciones brasileñas en portugués, inglés y otros idiomas son frecuentes y aparecen en revistas de todos los niveles de difusión. Portugal, por su parte, aunque mucho menor en extensión y población, ha producido y sigue produciendo en Europa aportes de alta calidad.
Podemos concluir, por lo tanto, que textos en ambos idiomas puede difundirse en un universo de centenares de millones de lectores. Se trata de un ámbito regional muy amplio, probablemente entre los mayores del mundo. Es claro que una minoría de sus habitantes tiene interés y versación profesionales en cirugía plástica. Aún así, la cantidad de cirujanos hispano o luso hablantes es muy considerable. Otro ejemplo: la Asociación Mexicana de Cirugía Plástica Estética y Reconstructiva tiene 1.245 socios según la lista publicada en internet en octubre de 2013. A lo que agrego que las contribuciones originales a la cirugía plástica provenientes del ámbito iberoamericano han sido y siguen siendo numerosas y muy importantes y han ganado prestigio y respeto internacional. De nuevo, una enumeración detallada y completa escapa al carácter de estos apuntes, pero todos podemos evocar con facilidad los aportes que desde los países mayores como Argentina, Brasil, España y México se han incorporado mundialmente a las bases y a la práctica de nuestra especialidad. Cada uno de estos países ha producido contribuciones originales y refinamientos técnicos de calidad internacional. Escaparía por mucho a los límites de este texto entrar en el detalle de estos aportes. Más aún si incluyéramos tantos más provenientes de otros países miembros de la FILACP, hasta los menores.
A esta altura, se imponen algunas consideraciones sobre el idioma inglés. Es claro que es el más empleado para la comunicación científica internacional. Se estima que hay en el mundo más de 1.000 millones de personas que lo hablan: 375 millones como lengua nativa y el resto como segunda lengua o lengua auxiliar. Es el lenguaje más aprendido como 2ª lengua o lengua auxiliar, al menos en Europa y probablemente en la mayor parte del mundo. La calidad del inglés aprendido es difícil de determinar con seguridad: posiblemente hay un tercio de personas que lo emplea con la fluidez y corrección de una verdadera 2ª lengua, y otro tanto, o más, con defectos propios de una lengua auxiliar. Más específicamente sobre nuestros intereses: es el idioma más empleado en las ciencias: Science Citation Index estimaba ya en 1997 que 95% de sus artículos estaban escritos en inglés, aunque sólo la mitad de ellos provenían de países anglohablantes. El 30% del contenido de internet estaba expresado en inglés en 2011, aunque en descenso a partir del 50% en el año 2.000
Sería una necedad ignorar el inglés o pretender sustituirlo en estos y otros campos. Más aún: creo que su aprendizaje, sea como segundo idioma o como idioma auxiliar abre oportunidades muy amplias, no sólo para profesionales, científicos o empresarios. Sin embargo, creo que obligarse a publicar o comunicarse científicamente sólo en inglés sería también un error grave . Insistiré en esto. Como vengo insinuando y espero aclarar más, publicar en español o portugués contra hacerlo en inglés constituye, al menos en parte, un error de falsa oposición. En el caso de un artículo en español o portugués incluir su resumen en inglés es una forma válida, aunque incompleta, de darlo a conocer en el universo anglohablante.
No puede desconocerse que las revistas de mayor prestigio e índice o factor de impacto (IF, adoptando la sigla más usada a partir del inglés) se escriben en inglés. Quien priorice una difusión mundial más segura y otros ítems recién mencionados, posiblemente deba remitir su artículo a alguna de estas revistas. Sin embargo, es muy probable que su costo de oportunidad aumente. Redactar muy correctamente en un idioma no nativo, aunque sea aprendido tempranamente y se practique con frecuencia, no es sencillo y exige esfuerzo intelectual y tiempo mucho mayores que hacerlo en la lengua materna. Además, lograr un texto impecable, en el que no haya algunas imperfecciones menores o expresiones poco usuales, algo forzadas, es improbable. Quien lo probó, aún con éxito repetido en cuanto a aceptación del artículo, lo sabe. Al esfuerzo intelectual puede sumarse otro emocional: más allá de matices y de discusiones entre especialistas en el tema, es reconocida la ansiedad y alerta que generan el uso y aprendizaje (este último en especial) de un lenguaje extranjero. Hay un interesante trabajo teórico y práctico sobre la "ansiedad inducida por lenguaje extranjero", iniciado por Horwitz y colaboradores. Debo decir que esta ansiedad no me es ajena, aunque la perciba ya bastante atenuada, pese a un aprendizaje temprano de mi inglés como 2ª lengua, ya a partir de mi madre y luego sobre los sólidos, prolongados y a veces tediosos cursos y exámenes que conducían entonces al CEP de la Universidad de Cambridge, y su uso frecuente desde entonces. Vale lo dicho también para conferencias o presentaciones audiovisuales en una segunda lengua: me remito otra vez a la nota al pie Nº 12. También, escribir desde fuera del mundo anglohablante puede aumentar el riesgo de revisiones en las que el sesgo cognitivo heurístico de familiaridad (en favor del lugar de origen dentro del mundo anglohablante) se manifieste con efecto negativo para los de fuera. En suma: remitir un artículo a las principales revistas del mundo anglohablante es totalmente válido y muy probablemente, de ser aceptado, redunde en mayor exposición mundial y prestigio. Por lo expuesto y en contrapartida, es muy probable que tenga un costo de oportunidad mucho mayor.
Cabe una breve reflexión o digresión sobre el índice o factor de impacto (IF): sigue siendo una herramienta importante y no desdeñable para medir, en forma explícita, la difusión que tienen los artículos publicados (elegidos como referencias en nuevos artículos) en un grupo de revistas consideradas a los efectos. Implícitamente, esto se correlaciona con la difusión y prestigio de las revistas según la cantidad de citas de sus artículos. También, se acepta que existe una relación con la importancia, e indirectamente la calidad, de los artículos publicados en las revistas de mayor índice o factor de impacto. Es decir, en el valor de la producción científica de sus autores.
En la última década se ha criticado mucho, desde el cerno de la comunidad científica anglohablante y más allá, la sobrevaloración que puede tener el IF. Escapa a los límites de este texto entrar en detalles de esta importante discusión . Baste decir que se han desarrollado nuevos índices para medir mejor el prestigio de las revistas, artículos y autores, como el JIF, NIP, SJR2 y el factor H. Existen grupos de opinión pidiendo el libre acceso a bases de datos de referencias existentes y se han implementado y probablemente crecerán publicaciones y bases de datos de acceso libre en línea, como SciELO. Hay también una discusión en desarrollo sobre si las revistas de libre acceso en línea son en definitiva más visibles, accesibles y por lo tanto más leídas que las de alto y mediano IF que requieren una suscripción paga y muchas veces cara.
Cirugía Plástica Ibero-Latinoamericana ha logrado mucho, y probablemente logrará más, en cuanto a su visibilidad y accesibilidad. Al estar accesible en línea, es congruente pensar que el número de lectores y de lecturas esté en aumento. Por otra parte, estando incluida en SciELO, "está comprendida en el acuerdo de la inclusión de la colección de revistas SciELO en la plataforma Web of Knowledge, la plataforma de búsqueda y descubrimiento más potente del mundo" y va a contar como productora de citas para el cálculo del IF.
Como un esbozo de conclusiones, propongo: 1) Citando y traduciendo, con mínimas adaptaciones, a T. F. Babor y colaboradores : "Progresivamente..., el inglés ha venido a ser el principal lenguaje de comunicación científica en el mundo. Sin embargo, hay un número significativo de artículos científicos publicados en alemán, ruso, japonés, francés, español, portugués, italiano y los lenguajes nórdicos...Para la mayoría de los investigadores elegir el lenguaje para publicar depende de la lengua nativa del autor, el país en que se desarrolló la investigación, la audiencia potencial y la existencia de una revista que publique en dicha lengua y acepte artículos en el tema del autor". Tiene vigencia también lo que sigue, de la misma fuente, con modificaciones menores: "Sobre todo, las revistas en idiomas diferentes al inglés sirven como un medio de comunicación importante entre profesionales de la salud del área clínica, científicos y formadores de políticas dentro de las mayores áreas lingüísticas mundiales. Así, incrementan el ámbito de diversidad científica y cultural en cada campo de estudio proveyendo nuevas oportunidades para autores y lectores". 2) Sigue siendo un hecho que escribir en inglés da acceso a revistas de mayor IF, y no debe ser abandonado en absoluto por los autores hispano y lusohablantes 3) Sin embargo, escribir para publicar en español o portugués no es un ejercicio inútil. Al contrario, he mostrado que da acceso a un público bien informado, respetado por la comunidad internacional de cirujanos plásticos y entre los mayores en el ámbito internacional. 4) Seguramente tiene un costo de oportunidad mucho menor que escribir en inglés o cualquier segunda lengua y menos aún en una lengua aprendida tardíamente o auxiliar. 5) Presenta menos dificultades agregadas al cirujano en formación o poco experiente que desea comenzar a publicar sus ideas e investigaciones. 6) Está mucho menos expuesto al sesgo cognitivo por familiaridad de los revisores, en su forma negativa. 7) Progresivamente está adquiriendo visibilidad, accesibilidad y posibilidad de influir en la formación de indicadores como el IF. 8) Está en nosotros, autores luso e hispano hablantes, el hacer crecer la importancia internacional de las publicaciones en nuestras lenguas. Abandonarlas como medio de comunicación científica y profesional creyéndolas irrelevantes, devendría en una profecía negativa autocumplida y en un grave error práctico y cultural. 9) En cuanto a profecías y al posible y siempre incierto futuro, es el propio British Council el que difunde estas bien fundadas estimaciones: "Lo más probable... es que el futuro, para el inglés, sea plural y complejo. El empleo y variedad de la lengua crecerán, aunque disminuirá su importancia global relativa. Es posible que encontremos la hegemonía del inglés reemplazada por una "oligarquía" de lenguajes que incluya al español y al chino. Puesto en términos económicos, el mercado para el inglés puede aumentar en valores absolutos, pero su parte proporcional del mercado probablemente disminuirá".
Cierro estos apuntes enfatizando lo que creo más importante entre su contenido: la cirugía plástica iberoamericana tiene bien ganado, y mantiene, un respeto internacional sólido, que tal vez está por encima de los medios y recursos con que debemos trabajar muchos autores. Por otra parte, aunque en esta vasta región cultural se encuentran demasiados ambientes con muchas carencias aún y poco propicios para la producción científica, también hay muchos que calificaría como de desarrollo intermedio (que no corresponden al Tercer Mundo famélico y carente de servicios sanitarios básicos que se muestra en los medios porque es mucho más impactante y menos "aburrido" que una incipiente o mediana prosperidad, con el mínimo de "holgura" de que hablaba Julián Marías) suficientes como para generar investigación, práctica clínica y publicaciones de relevancia internacional. Finalmente, sin duda en España y Portugal, pero también en muchos centros urbanos iberoamericanos hay universidades y servicios clínicos con recursos profesionales, organizativos y de equipamiento comparables a sus pares del mundo más desarrollado. Nuestra especialidad, además, no es totalmente dependiente de tecnologías muy caras y avanzadas para generar avances de mucha importancia práctica . La cirugía estética en particular, sobre su base científica, requiere más bien una percepción afinada de la belleza corporal que instrumentos o dispositivos muy complejos para una buena puesta en práctica.
Siendo así, pienso que podemos y debemos seguir crecientemente insertos en el mundo de la cirugía plástica, tal como éste se expresa, no exclusiva pero sí fundamentalmente, en las revistas científicas. Sepamos darnos nuestro lugar, marcar presencia legítimamente, sin arrogancia pero con convicción; nuestros predecesores lo han establecido, tal vez más de lo que nos damos cuenta. Esto, sin caer en el error de que para hacerlo debamos elegir definitivamente un idioma en vez de otro, sino haciéndolo en uno y además en el, o los, otros. Seamos flexibles y pragmáticos al respecto. Mucho más vale un artículo publicado en una revista local de poca difusión, que otro no publicado, tal vez por las dificultades agregadas de hacerlo en inglés.
Cirugía plástica ibero-latinoamericana se está colocando en el complejo mundo de las revistas científicas de la especialidad de modo que le otorga mayor visibilidad y accesibilidad para un público muy vasto, a ambos lados del Atlántico. También, para influir y ser tenida en cuenta dentro de los mecanismos, mejores o peores, que existen para cuantificar la importancia de su contenido. De nuevo, mucho de su avance en este campo depende de nosotros mismos. Y como procuro hacer lo que digo, he enviado a la revista más de una contribución que he creído interesante, para su consideración, revisión y eventual publicación. Pienso seguir haciéndolo.